ESTUDIAR ¿CON O SIN PANTALLAS?

Cada vez me encuentro con más alumnos en Academia FORMAC, el centro donde trabajo desde hace más de 15 años, con más alumnos y alumnas que usan para estudiar el ordenador, la tablet, o incluso el móvil, pues tienen ahí sus apuntes.

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Hoy no voy a hablar de las potenciales distracciones que eso implica (notificaciones, redes sociales, juegos,…), sino de si es productivo estudiar o no en una pantalla.

Como digo, cada vez hay más alumnas y alumnos que lo hace, pero otros muchos siguen con el método “tradicional”, de estudiar esos apuntes impresos en papel.

Usar uno u otro método es según la preferencia de la alumna o alumno. Sin embargo, numerosos estudios desaconsejan una opción frente a la otra.

¿Quieres saber cual és? Sigue leyendo.

LA FORMA MÁS PRODUCTEENVITY DE ESTUDIAR ES…

La forma más productiva, útil y focalizada de lectura y, por tanto, de procesamiento de datos (o sea, de estudiar), es, ha sido y siempre será…

LA LECTURA EN FORMATO PAPEL.

A nivel de asimilación cognitiva, es decir, de comprensión y retención de la materia, es mucho mejor la lectura en papel que en digital, por muchos motivos, destacando 2:

  • Cuando se estudia en papel, todo lo que los ojos ven dentro de su rango de atención visual, está relacionado con lo que estás aprendiendo. Cuando se hace en pantallas, es más que probable que haya otra información y estímulos visuales que no tiene nada que ver con lo que se está estudiando, algo fatal para la asimilación de la materia (e insisto, no incluyo aquí otros elementos de distracción inherentes a las pantallas).
  • La iluminación de estos dispositivos no permite el descanso neurobiológico del cerebro limitando, por ejemplo, la liberación de melatonina, una hormona necesaria e imprescindible, para un correcto descanso (como les digo a mis alumnos, DORMIR ES FUNDAMENTAL, pues cuando dormimos, nuestro cerebro «reordena y procesa» la información, por lo que es también, TOTALMENTE DESACONSEJABLE ESTUDIAR LA NOCHE ANTERIOR HASTA LAS TANTAS E IR, CASI SIN DORMIR, AL EXAMEN). El caso es que esa luz, por sus características (frecuencia de refresco, tipo de emisión, tono de luz,…), altera nuestros ciclos circadianos (percepción natural de día y noche) y por lo tanto, nuestro ciclo de sueño.

DESDE PRODUCTEENVITY RECOMENDAMOS SIEMPRE…

Así que, MI RECOMENDACIÓN ES IMPRIMIR SIEMPRE LOS APUNTES porque, sobre el papel, se aprende mejor, se cansa uno menos y los resultados mejoran.

Y tu hijo/a, ¿cómo estudia?. Cuéntame en los comentarios. Y, si tienes alguna duda al respecto, no dudes en preguntarme lo que necesites.

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A NADIE LE GUSTAN LOS CAMBIOS, PERO PARA MEJORAR HAY QUE CAMBIAR

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Ayer, mientras escuchaba el último episodio de uno de mis podcasts de referencia, se me ocurrió el tema para escribir este post.

En la entrevista que el presentador hacía en ese capítulo hablaba con un profesional del marketing digital que, en un momento de su vida, decidió contratar los servicios de un mentor para que le guiara en los próximos pasos a seguir en su carrera.

Pese a estar convencido de la necesidad de necesitar una ayuda al respecto, pese a invertir una importante suma de dinero en pagar a ese mentor, había cosas de las que le decía que no le convencían, en las que no quería hacerle caso,… y hoy, viéndolo con perspectiva, comprendía el error que cometía en ese momento.

¿POR QUÉ NOS RESISTIMOS AL CAMBIO, AUN CUANDO CABE LA POSIBILIDAD DE QUE SEA LO QUE NOS CONVENGA?

¿Le dirías que no a lo que te dijera un médico de reputación respecto a cómo curar una dolencia o enfermedad?, ¿harías lo contrario que te dijera un abogado o asesor legal que has contratado para ayudarte con un problema administrativo?. Seguramente no, porque la mayoría de la población considera que no sabe de medicina o de leyes.

Sin embargo, en ocasiones cuando alguien, pese a tener formación, bagaje o reputación respecto a un tema que consideras que controlas, te dice algo… te surgen dudas, consideras que se equivoca y que tú lo sabes hacer mejor, pese a que tus resultados digan lo contrario.

A los jóvenes les suele pasar con la mayoría de cosas que les dicen sus madres y padres, incluidos los estudios. A mí me pasa con alumnos a los que aconsejo, tanto en clases de repaso, como en una formación en productividad.

Las responsables de esta actitud son las Creencias Limitantes. Son afirmaciones que nos hacemos a nosotros mismos, sin justificación ninguna más que el mantenernos en nuestra zona de confort, pese a que los resultados no sean los deseados.

Yo las descubrí en una formación para empresarios, y cuando conocí el concepto, cuando me vi reflejado en esa actitud que sólo yo justificaba, cuando supe que sólo yo era responsable de esas afirmaciones, desde ese mismo momento, considero que hay un antes y un después en mi vida, y no sólo en el ámbito profesional.

NUESTRO CEREBRO PIENSA QUE «MÁS VALE MALO CONOCIDO QUE BUENO POR CONOCER»

No somos conscientes de lo que nuestro subconsciente es capaz de hacer contra nosotros para, en teoría, protegernos, o lo que nuestra programación neuronal cree que es protección, que no es otra cosa que desconfiar del cambio, de lo nuevo. Y es que eso es la zona de confort o, como yo la llamo, zona de falso confort. Nos autoconvencemos de que nuestros problemas o no tienen solución (resignación), o no dependen de nosotros (echar la culpa al mundo), o que los solucionaremos sin hacer nada, haciendo las cosas como siempre (de la forma que, casualmente, originó esos problemas).

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Ayer, en una clase de refuerzo de matemáticas, un alumno que ha suspendido el primer trimestre del curso, estaba haciendo unos ejercicios desoyendo totalmente las pautas e indicaciones que le había dado para ello. ¿Cuál fue el resultado? El ejercicio mal hecho y, además, cierta indignación por parte del alumno porque «hasta ahora había hecho las cosas así y no pasaba nada». ¿No pasaba nada? Lo que no pasaba era aprobar.

Visto desde fuera seguro que estás pensando, «¿pero porqué no hace caso a alguien que sabe más, que tiene más experiencia, que quiere que lo haga bien?». Y es que eso nos dice el sentido común. Sin embargo, seguro que tú, en alguna ocasión, en ese u otro contexto, has pensado como este alumno; de forma totalmente ilógica: «yo siempre lo he hecho así» (aunque no esté bien), «yo me aclaro más de esta forma» (aunque lo hagas mal), «de la otra forma es más largo» (será mejor larga y correcta que corta y errónea, ¿no?).

No tiene sentido, pero… todo hemos tenido actitudes así alguna vez. Tú, también. Piénsalo, porque nos ha pasado a todos. 100% seguro. Y sólo hasta que las consecuencias son desastrosas, o hasta que están cerca de serlo, empezamos a pensar diferente.

Nuestro subconsciente, nuestras Creencias Limitantes, nos dificultan progresar porque nuestro cerebro está programado desde hace miles de años para protegernos y se basa en eso de «más vale malo conocido que bueno por conocer«. Pero, ¿realmente alguien que quiera avanzar, evolucionar y mejorar puede pensar así?. No es ser conformista. Si los resultados no son buenos y no se hace nada para cambiarlos no se es conformista, se es estúpido/a.

QUE NADIE TE PONGAN LÍMITES. NI SIQUIERA TÚ.

Nadie nos garantiza que cambiando las cosas los resultados vayan a mejorar, pues quizá incluso empeoran. Por desgracia, sólo se sabe cuando se intenta. Y, cuando los resultados ya son malos… qué mas da que empeoren; hay que hacer algo, lo que sea, probar cosas diferentes para que tengamos la posibilidad de mejorar. Y si no va mejor, otras cosas diferentes.

Nuestros límites son nuestros, nos los marca nuestro cerebro, nuestro subconsciente. Pero nuestro cerebro consciente, puede vencer. Seguro que, tras leer esto, si en algún momento te encuentras en una situación similar, haces algo diferente. De eso se trata.

Eso es lo que intentamos hacer en ProducTEENvity: provocar el cambio, para lograr el desarrollo personal y una mejor gestión del tiempo. En definitiva, ser un/a estudiante más productivo/a. No es fácil, pero si es necesario, ¿tiene sentido no hacerlo?.


Valoración de los alumnos de ProducTEENvity Enero 2023 (edición presencial)

«Lo que no se mide, no se puede mejorar».

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Esta frase de Lord Kelvin, uno de los más importantes físicos de la historia, forma parte de una de la fases de nuestra formación, concretamente en la de Fijación de Objetivos.

Como hay que predicar con el ejemplo, y uno de nuestros principales objetivos es hacer la mejor formación en productividad para estudiantes, tenemos que medir la opinión de nuestros alumnos respecto a nuestra formación.

Y eso es lo que hemos hecho con la última edición presencial que tuvo lugar los pasados 3 y 4 de enero… ¡Y no podemos estar más que satisfechos!

Valoración de las alumnas y alumnos de ProducTEENvity

Tras la formación, pasamos a los alumnos y alumnas una breve encuesta en la que les pedimos que evalúen varios aspectos de la misma. Y, para que lo hagan de forma objetiva y sincera, las encuestas son anónimas.

No queremos que nos digan lo que queremos oír, sino que nos digan lo que realmente piensan, sobre todo, los errores y fallos que hayamos podido cometer, las cosas que les han resultado menos interesantes, más complejas,… porque es ahí donde, desde ya, estamos trabajando para posteriores ediciones presenciales y el próximo lanzamiento de la formación online.

Obviamente, también nos interesa (y nos gusta) ver respuestas positivas y saber todo lo que les ha gustado y porqué. Pero, lo realmente importante, y eso también es otro de las áreas en las que trabajamos en la formación, es saber qué no hacemos bien o qué hacemos mal, para poder corregirlo. Eso es ser productivo.

No vamos a poner aquí los resultados de todas las respuestas, pues algunos tienen interés interno de forma exclusiva. Pero creemos interesante poner aquellas que refrendan el trabajo que estamos realizando:

  • Valoran la formación con una nota media de 8’43.
  • Valoran la utilidad de los contenidos con una nota media de 9.
  • El 100% recomendará a amigos y familiares la formación.
  • El 100% estaría interesado en ampliar los conocimientos en una continuación de la misma (en la que ya estamos trabajando).
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El objetivo es el 10

Desde ya estamos trabajando en mejorar esas calificaciones, gracias a otras preguntas que realizamos, y que nos permitirán potenciar lo que más interesa, intentar explicar mejor y ser más didácticos en lo que les resulte más complejo, y hacer más interesante lo que les resulte menos llamativo.

Todo para intentar llegar a una calificación media de 10. Ese es nuestro objetivo: ambicioso, exigente. Como los que les decimos a nuestras alumnas y alumnos que deben marcarse. Sin objetivos ambiciosos, es muy difícil (o imposible) tener buenos resultados.

Si estás interesada/o en la próxima edición presencial de ProducTEENvity, ponte en contacto con nosotros aquí.


Próxima edición ProducTEENvity (presencial)

¿Te gustaría que tu hijo/a sacara mejores notas?

Y si te digo que es posible, sin tener que estudiar más.

Y a él/ella, ¿crees que le gustaría?. Seguro que sí, ¿verdad?. E imagínate cómo lo agradecería.

A eso se le llama ser Productivo. Mucha gente no lo es pero, por suerte, puede aprenderse.
Mejor dicho, puedo enseñarle a serlo…

…en una formación, ProducTEENvity, que tendrá lugar, en formato presencial, los próximos 3 y 4 de enero (de 10 a 12h, en Academia FORMAC),… ¡para la que SÓLO QUEDAN 6 PLAZAS!.

La formación: contenidos, resultados y bonus.

En 4 intensas horas aprenderá rutinas y hábitos ultraproductivos que le permitirán mejorar sus resultados sin tener que dedicar más tiempo. Es más, puede que lo haga y tenga incluso más tiempo libre, y estando mucho más a gusto y feliz.

La formación no es mágica, y no basta sólo con conocer la teoría; luego hay que aplicarla. Por ello va acompañada de un Plan de Aplicación Práctica para las siguientes 3 semanas, coincidiendo con el inicio del trimestre, que es un buen momento para ello.

Precio de ProducTEENvity

El precio de la formación es de 47€, pero si eres cliente de Academia FORMAC es de sólo 27€ (y para alguien que venga recomendado por ti, de 37€).

Eso sí, la fecha límite de la oferta es el 27 de enero y, como te he dicho, quedan sólo 6 plazas.

Si estás interesada, contacta cuanto antes.

MÁS INFO SOBRE ProducTEENvity, aquí.


«MÁS VALE MALO CONOCIDO QUE BUENO POR CONOCER». ¿SEGURO? YO CREO QUE NO

Es que yo siempre lo he hecho así”.

Esa es la respuesta más repetida por parte de mis alumnos cuando, por diversas razones, les pido que hagan las cosas de una forma diferente.
YO: «¿Por qué no sigues un orden a la hora de resolver los problemas? Al principio te costará más, pero si tienes una sistemática te será más fácil.«

ALUMNx: «Es que… yo siempre lo he hecho así».

Y: ¿Por qué no intentas estudiar de otra forma? Lo que te servía en cursos anteriores, ahora lo más normal es que no te sirva, que el nivel, la exigencia y la materia son distintas.

A: Es que… yo siempre he estudiado así.

Podría continuar con ejemplos de forma prácticamente ilimitada con otros problemas: orden, planificación, estructurar el estudio,…

Mi réplica a esa frase, con toda la ironía del mundo, casi siempre también es la misma:  “Y, como te ha ido tan bien, por eso estás aquí conmigo, ¿verdad?” (doy clases de repaso y refuerzo en una academia desde 2008, lo que implica que la mayoría de mis alumnos no van “sobrados”, precisamente). 

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Conste que no exijo hacer las cosas de una forma determinada.  Me es indiferente una forma u otra… ¡mientras te lleve obtener resultados positivos!.  Pero, ¿qué sentido tiene seguir haciendo algo que sabes que no te está ayudando?.

Yo era muy parecido a ellos, tanto en el ámbito de los estudios primero, cuando era más joven, como en el laboral, hasta hace algún tiempo.  Pero descubrí, gracias a la formación en productividad que he recibido desde hace años, el concepto de Zona de Confort, o como me gusta llamarlo, Zona de “falso” Confort.

EL CONCEPTO DE ZONA DE CONFORT

La primera vez que lo oí no comprendí su significado.  Asociaba confort a estar bien, y sólo tras una pertinente explicación y visualización de lo que significaba lo comprendí (y mi cabeza hizo “¡click!”).

Y por eso, sigo pensando que al concepto le falta ese adjetivo intermedio (quizás, como en otros términos, se deba a la traducción del idioma original).  

¿Entiendes tú el concepto?  Por si acaso, voy a intentar explicarlo.

La Zona de Confort es un estado en el que una persona continua haciendo algo por comodidad (confort), pese a saber que no le lleva a conseguir buenos resultados, en lugar de hacer lo que debería.

El ejemplo que a mí me parece más gráfico es el de una persona que tiene que ir al gimnasio o hacer deporte (porque quiere perder peso, porque sabe que es bueno para su salud física y mental), pero que…  sucumbe a la tentación de quedarse en casa en el sofá, y se autoconvence de la decisión que está tomando (“hoy he tenido un mal día, ya lo iré mañana”, “es que entre que me preparo y demás, se me va a hacer tarde y apenas voy a poder hacer nada”,… o cualquier otra excusa).

SABES QUE LO QUE ESTÁS HACIENDO NO ES LO QUE DEBERÍAS… PERO LO HACES.  

Sabes que lo que tendrías que hacer es bueno para ti, y que lo que estás haciendo no lo es del todo o, directamente, no es bueno, pero… como en ese momento te sientes bien (por eso lo de “zona de confort”), no lo haces.

Como lo que deberías hacer te haría estar mejor, ser mejor, obtener mejores resultados,… y no lo haces por comodidad o pereza, es por lo que yo la llamo “Zona de falso confort”.  No estás bien, o no todo lo bien que podrías, porque no estás haciendo lo que deberías.

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Y eso es lo que les pasa a muchos estudiantes: 

  • “Siempre he estudiado con música” y quizá en determinado nivel, con conceptos más asequibles, puedes permitirte el lujo de distraerte un poco, y aún así sacar buenas notas, o admisibles.  Pero, si ves que las notas van bajando, ¿tiene sentido no cambiar tus hábitos?.  
  • “Yo es que estudio mejor bajo presión, y el último día se me queda mucho mejor”, y puede que sirva cuando hay poco que estudiar, pero… ¿y si ese día no te encuentras bien, o surge algún imprevisto?  A parte de que eso de estudiar bajo presión es un mito desmontado por la ciencia (la ansiedad y la presión son todo menos amigas del rendimiento y la memoria), y de que si dedicas toda una tarde a una asignatura estás desatendiendo totalmente al resto,… ¿No tiene más sentido estudiar con más tiempo, más tranquilidad y con margen, y conseguir tus objetivos?.

CÓMO SALIR DE LA ZONA DE CONFORT

Uno de los aspectos en los que trabajamos en la formación ProducTEENVity es, precisamente, el cómo salir de la zona de (falso) confort, con consejos y tips para cambiar rutinas y hábitos que no benefician, por otros ultraproductivos que van a permitir mejorar los resultados sin tener que dedicar más horas de estudio.

¿Sólo esto último, mejorar notas sin tener que estudiar más, no merece la pena?  Mejores resultados, más tiempo libre, sentirte mejor,…

  1. Si como estudiante crees que es mejor seguir con los hábitos de trabajo y estudio de siempre, que llevan a resultados mejorables o malos… ¡necesitas ProducTEENvity! (si eres madre/padre de un estudiante así… ya sabes).
  2. Si quieres cambiar tus hábitos de trabajo y estudio por otros que te permitan mejorar tus resultados sin más esfuerzo… ¡necesitas ProducTEENvity! (si eres madre/padre de un estudiante y quieres que tu hijo aprenda a organizarse, planificarse y ser ultraproductivo… ya sabes).

No enseñamos técnicas de estudio.  Enseñamos a transformarse en estudiantes productivos,  capaces de optimizar su gestión del tiempo, hasta el punto de mejorar sus notas sin necesidad de estudiar más.

Si estás interesado, CONTACTA CON NOSOTROS:  escribe un comentario o mándanos un mensaje privado a través de nuestro facebook o nuestro perfil de instagram.


DESCUBRE EL HÁBITO CON EL QUE UN ESTUDIANTE PUEDE MARCAR LA DIFERENCIA

NUEVO CURSO, NUEVAS INTENCIONES,… ¿NUEVOS RESULTADOS?

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Comienza el nuevo curso y, como en todo comienzo, los alumnos lo suelen encarar con muy buenos propósitos, con intención de hacer las cosas mejor que en cursos pasados:  llevarlo todo al día, estudiar a diario, tenerlo los apuntes limpios y ordenados,….

Por desgracia, la mayoría de ellas y ellos, van volviendo a sus viejos hábitos y rutinas a medida que va avanzando el curso.  

Ser capaz de cumplir esos nuevos propósitos requiere de un profundo proceso personal, que no es sencillo, que no es inmediato, y que requiere de buenas dosis de esfuerzo y disciplina.

Luego llegan los exámenes, y los resultados no suelen ser los deseados, y no es por falta de capacidad en la mayoría de los casos (por no decir en todos).

Unas veces es por falta de trabajo, otras es por hacer mal el trabajo (estudiar los días antes del examen, por ejemplo).  La correcta organización de las tareas es un aspecto básico y crucial para los resultados.

Y dentro de la organización, la planificación de las tareas es lo primordial.

LA PLANIFICACIÓN ES LA CLAVE

El alumno/a que planifica desde el principio el trimestre/cuatrimestre, que planifica sus semanas con antelación, que tiene claro qué tiene que hacer cada día… y lo hace, obtendrá resultados.  Seguro.  

La planificación es básica en muchos ámbitos de la vida y profesionales, sobre todo en los que no tienen que ver con el corto plazo (e, incluso, en muchos de ellos, también):

  • En una obra tiene que haber alguien que organice a los trabajadores, las tareas, los materiales,…  Si todo no está planificado y coordinado, no se podrán cumplir plazos, habrá momentos en los que haya empleados parados (y eso cuesta dinero),… y el resultado no será bueno.
  • Un deportista de élite tiene planificada su temporada:  ciclos de entrenamiento de diversa intensidad, competiciones, descansos,…  Si no fuera así, aumenta el riesgo de lesiones, el riesgo de no llegar en condiciones a las pruebas más importantes,…  

¿Crees que alguien como Rafa Nadal, que lleva casi 20 años en la élite, no tiene una planificación, unos hábitos y unas rutinas?  Obviamente, si yo estuviera en su lugar, siguiera su planificación y pudiera seguir sus métodos de preparación, no habría conseguido ni un 1% de lo que él ha conseguido, pero es que si él no lo hubiera hecho así, seguramente, pese a su calidad, tampoco habría ganado lo que ha ganado.

La planificación lo que nos permite es sacar el 100% de nuestro potencial, porque nos lleva a hacer en cada momento lo que tenemos que hacer para conseguir nuestros objetivos.  Ni antes, ni después; ni más, ni menos.  

Si sé que necesito 12 horas de trabajo para preparar bien un examen: ¿no es mejor hacerlas repartidas en el tiempo, que esperar al final?, ¿no es mejor planificar cuando voy a hacerlas para llegar al día de antes del examen con todo estudiado, que fiarlo a la suerte y los imprevistos (que siempre los hay)?.

Y lo mismo con un trabajo obligatorio, con los deberes,… ¡y con el resto de tareas del día a día!  Porque la productividad no es sólo para los estudios, es una capacidad que marca la diferencia en todos los ámbitos de la vida.

PLANIFICA… ¡TODO!

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Si quieres conseguir tus objetivos, no lo dudes:  planifica.  Planifica todo, desde lo más importante, a los más simple.  Planifica hasta tus descansos, tu ocio, tu tiempo de no hacer nada.

Y no, no estoy hablando de llevar una vida cuadriculada, cronometrada,…  si no una vida plena y ordenada.

Si eres padre/madre de un estudiante que no obtiene los resultados deseados, que ves que no se organiza, que tiene capacidad pero no la demuestra,…  ponte en contacto con nosotros y te informaré de la próxima edición de ProducTEENvity, una formación específica para estudiantes (de 3º ESO en adelante) orientada a maximizar su productividad y resultados.

Hasta entonces, puedes seguir a ProducTEENvity en Facebook (y decirle a tu hijo/a que nos siga en Instagram), y/o echarle un ojo a otras entradas anteriores del blog.

Dani Hdez. Sesé

Creador de ProducTEENvity


EL ÉXITO EN LOS ESTUDIOS DEPENDE DE LA FORMA DE PENSAR… Y ACTUAR

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A lo largo de los más de 15 años que llevo trabajando con estudiantes, he tenido contacto con perfiles muy diversos (he dado clase a más de 1.000 alumnos en mis distintas facetas como formador/profesor), pero podría decir que me he encontrado, básicamente, con dos tipos de alumnos:

  1. Los ambiciosos
  2. Los conformistas

¿Sabes cuál suele tener mejores resultados?…

DIME CÓMO PIENSAS, Y TE DIRÉ DE QUÉ TIPO ERES

El estudiante ambicioso suele tener un objetivo claro, definido y, normalmente, no fácil de alcanzar, pero gracias a su predisposición y a su forma de pensar, puede llegar a alcanzarlo (y, si no lo consigue, no se queda muy lejos de él).

El estudiante conformista puede, o no, tener objetivos elevados (todos tenemos sueños), pero incluso los fáciles, pueden llegar a convertírsele en difíciles, porque su predisposición es muy diferente y su forma de encarar las cosas es totalmente pasiva.

Y es que, “el pensamiento determina los resultados”.  O, dicho de otra forma:  tus resultados dependen de la forma de pensar.  Sí, la capacidad también cuenta, pero menos de lo que la gente cree.

OBJETIVOS, PLANIFICACIÓN Y… TENACIDAD

Tener unos objetivos claros, medidos y concretados es la primera clave del éxito.  Ayuda a poder definir una estrategia y una planificación de los pasos que tengo que dar para conseguir alcanzarlos.  

La estrategia es la segunda clave:  si sé a dónde quiero llegar, pero no sé qué pasos he de dar, cuando y como… estoy condenado al fracaso.

La forma en como pienses tus objetivos, definas tu estrategia y encares el camino, determinará en buena parte las posibilidades de éxito.  Esa es la tercera clave.  

Ser ambicioso no es pensar en una meta muy alta (o imposible).  Ser ambicioso es ponerse un objetivo que anheles realmente, definir cómo llegar hasta él y trabajar para ello con el compromiso de, pese a las dificultades e imprevistos que seguro surgirán, ser consistente, afrontar los problemas, asumir responsabilidades,… y actuar en consecuencia.

Una persona ambiciosa, es una persona tenaz.

LA AMBICIÓN IMPLICA COMPROMISO

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Voy a intentar ilustrarlo con 2 ejemplos:

  • Alumno ambicioso:
    • Tiene claro su objetivo (puede ser estudiar una carrera para la que necesita una nota muy alta, aprobar unas oposiciones con muchos aspirantes y pocas plazas, sacarse una carrera o máster compaginándolo con un trabajo,…) y que requiere cierto esfuerzo
    • Planifica la realización de las tareas, el tiempo de estudio,… y llegan las primeras notas, y no son lo buenas que necesita.  ¿Qué hace?  Analiza el porqué de esa nota, si no ha estudiado lo suficiente, rehace su planificación; si no se le da bien la materia, busca alguien que le pueda ayudar;… y continua. 
    • Repite el proceso hasta que encuentra una forma adecuada, haciendo cambios, sacrificios, asumiendo errores y no buscando excusas.  Nadie le puede garantizar el éxito si lo hace, pero estará cerca.
    • Si finalmente logra su objetivo, todo habrá merecido la pena; si no, optará por una vía alternativa, pero estará satisfecho consigo mismo porque ha hecho todo lo que estaba en su mano, y no se podrá reprochar nada en el futuro.  Y, además, habrá adquirido unos hábitos que, seguro, le ayudarán en el futuro.  Hasta los más grandes fracasaron alguna vez.
  • Alumno conformista:
    • También define sus objetivos, y comienza a trabajar para ello.  
    • Si la cosa funciona, no hay problema; sin embargo, si no va bien, siempre tiene una excusa (era muy difícil, el profesor no explica bien, tiene más asignaturas y no ha tenido tiempo,…).
    • No cambia nada (porque cree que lo hace todo bien…) y, como no, los resultados no cambian, así que… rebaja sus expectativas a un objetivo un poco más accesible, y repite el proceso.  
    • Si todo va bien, perfecto; si no,… vuelta a rebajar expectativas y objetivos.  
    • Años después, posiblemente, no le guste su trabajo, su día a día, su sueldo,… y en algún momento se lamentará por la oportunidad perdida, pero no lo reconocerá.

¿Conoces (o te reconoces) como alguno de esos dos tipos de alumno?  Con matices, seguro que sí.

EL ALUMNO CONFORMISTA… AÑOS DESPUÉS ES UN TRABAJADOR CONFORMISTA.

Eso lo sé porque…, en su día fui un alumno conformista.  Y después, un trabajador conformista.

Lo fui hasta que me di cuenta que hacía muchas cosas mal, la gran mayoría eran por culpa exclusivamente mía y que, o empezaba a asumirlo y poner solución (cambiar), o los resultados tampoco cambiarían.

No fue un proceso fácil.  No fue un proceso espontáneo.  Y todo comenzó gracias a una formación a la que fui sin expectativa alguna, pero de la que salí siendo una persona nueva.  

Todos llevamos un estudiante ambicioso dentro, o una persona ambiciosa, y necesitamos que algo o alguien nos ayude a descubrirlo, a sacarlo a la luz,… y empezar a ir a por nuestros verdaderos objetivos y deseos.  

Eso, además de muchas otras cosas más, es lo que hacemos en ProducTEENvity.  ¿Te interesa para ti o para alguien que conozcas?  Contacta con nosotros y/o síguenos en nuestras redes sociales, y mantente informado de nuestras novedades.


NO TODAS LAS TAREAS DE TU LISTA SON IGUAL DE IMPORTANTES

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LAS LISTAS DE TAREAS ESTÁN SOBREVALORADAS

Es muy frecuente que los estudiantes, casi desde la Educación Primaria, utilicen una agenda para apuntarse las tareas, trabajos, fechas de examen y demás obligaciones de la escuela/instituto.  

Adquieren un hábito muy útil:  anotar las cosas.  Sin embargo, esa agenda es un “arma de doble filo”, pues al final no deja de ser una lista de tareas mal ordenada.

En realidad, casi todas las listas de tareas están mal ordenadas, porque se completan a medida que van apareciendo las tareas… y se suelen ir tachando por criterios poco productivos.   Piénsalo bien, cuándo tienes una serie de tareas que hacer en una lista, ¿cuál haces primero?. 

En la mayoría de las ocasiones, optamos por las que nos son más cómodas, más rápidas, más fáciles o más urgentes… pero no por las más importantes.

Yo mismo, en mi día a día, hasta hace unos años, creía que era una persona muy organizada y productiva por que iba tirando de mi lista de tareas, e incluso sentía satisfacción y orgullo a medida que iba tachando las tareas hechas.

Hasta hace unos años…  Hasta que descubrí mi verdadera realidad:

  • Si tenía poco tiempo, optaba por hacer las tareas que podía acabar antes (aunque no fueran urgentes, ni importantes).
  • Si tenía tiempo y no había tareas que considerara más urgentes, solía hacer las que menos esfuerzo costaba, manteniéndome en mi zona de confort (posponiendo otras, seguramente más importantes:  la famosa procrastinación).
  • Si había alguna tarea urgente, aunque no fuera importante, o lo fuera menos que otras, priorizaba la urgencia (sin importar las consecuencias que eso generaba, y que salían a la luz más adelante…).

Al final, procrastinaba las tareas que, por una cosa u otra, no me gustaba hacer, hasta que ya no había más remedio.  El problema es que esa actitud genera consecuencias nada positivas en los resultados finales.

LISTAS DE TAREAS, SÍ, PERO… PLANIFICANDO BIEN SU REALIZACIÓN

Las listas de tareas son un requisito necesario, pero no suficiente.  Son necesarias, para no olvidarse de nada, pero no son suficientes, porque requieren de un paso posterior:  planificar la realización de esas tareas.  

Para planificar hay varios factores que los estudiantes tienen que tener en cuenta:

  • Los pasos para la realización de una tarea:  hay tareas que requieren de una única acción (“enviar un email”, “hacer un ejercicio”, “leer un texto”), y otras que llevan implícitas varias tareas (“hacer un trabajo” se puede apuntar tal cual en una lista de tareas, pero requiere de una “investigación y recopilación de información”, “redacción”, “maquetación”, “impresión o envío”,…) en las que se tienen que descomponer. 
  • Tiempo estimado de realización de una tarea:  predecir cuanto, más o menos, va a costar hacerla.
  • Fecha tope de realización de la tarea (ayuda a medir la urgencia de la misma).
  • Importancia de la tarea:  no todas son igual de importantes; todas suelen ser necesarias, todas suelen ser obligatorias, pero no todas son igual de importantes para el resultado final, y puesto que el tiempo es limitado, se tiene que priorizar.  (Hay muchos métodos de clasificación de tareas, otro día hablaremos del que nos gusta en ProducTEENvity.)

Si cuando un/a estudiante se enfrenta a su lista de tareas, la tiene completa con toda esta información, lo que puede hacer con la Lista de Tareas ProducTEENvity que explicamos en nuestra formación, se podrá hacer una idea mucho más clara de qué tiene que hacer en cada momento y eso le permitirá planificarse mejor:

  1. Si tiene poco tiempo… priorizará, según importancia, entre lo que pueda hacer en ese periodo.
  2. Si tiene tiempo y tiene claro qué tareas son más importantes, priorizará esas, porque su mente tiene un factor crítico de decisión, y no le dejará que elija entre las que más confort le produzcan.
  3. Si hay varias tareas urgentes… priorizará las más importantes.  Pero, lo que es mejor, si tiene interiorizado este hábito de organización de tareas, seguramente no llegará a tener que hacer esta elección, porque las tareas más importantes estarán hechas.

Con este método, un/a estudiante tiene la batalla ganada a la procrastinación de esas tareas que no le gustan… pero hay que hacer, y en muchas ocasiones, cuanto antes, mejor.

NO TODAS LAS COSAS SON IGUAL DE IMPORTANTES

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Y es que, no.  NO TODAS LAS COSAS SON IGUAL DE IMPORTANTES, y sólo si lo tenemos claro podremos obtener los resultados buscados.  Decían Gary Keller y Jay Papasan que “Los triunfadores saben distinguir lo prioritario, del resto:  lo que les lleva al éxito”, y si analizas a los triunfadores… es así.

Ellos (Keller y Papasan) recomiendan priorizar con el Principio de Pareto (del que ya hablamos en este blog):  buscar el 20% de cosas que conseguirán el 80% del éxito.  

Pasar de “debería hacer muchas cosas” a “tengo que hacer pocas (pero importantes porque generan resultados)”.

Siempre hay cosas que hacer, pero los resultados sólo llegarán si priorizamos en lo importante, en lo que nos produce más beneficios (lo que no quiere decir que haya cosas que no se hagan, sino que hacemos primero las importantes).

Y tan clave es priorizar en lo importante, como decir NO a todo lo que no lo es.


¿PLANIFICAR O NO PLANIFICAR? NO HAY OPCIÓN: SIEMPRE, PLANIFICAR.

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PLANIFICACIÓN PARA EL ÉXITO

Si en un post anterior hablaba de que hay dos tipos de personas, los que ante un mal resultado responden con excusas, frente a los que asumen totalmente la responsabilidad, bien podríamos empezar este texto hablando también de otros dos tipos de personas:

  • Las que viven y piensan a corto plazo, y en su día a día van «atropellados» por los acontecimientos.
  • Las que planifican a medio y largo plazo, y en su día a día saben qué, cuando y cómo tienen que hacer las cosas.

La mayoría de los cientos de estudiantes con los que he trabajado en los últimos 15 años son del primer grupo. En los estudios, y en cualquier otro ámbito de su vida. Y ese es el primer error que cometen que les impide sacar el máximo rendimiento a sus capacidades.

Desgraciadamente, los estudiantes no son más que un reflejo de la sociedad en la que vivimos, más que nada por que son una parte importante de ella, y de ahí que España sea uno de los países con menos productividad de Europa (el que menos, en algunos rankings).

La planificación tiene innumerables ventajas: nos permite saber qué tenemos que hacer en cada momento para terminar alcanzando nuestros objetivos, es el mejor enemigo de la procrastinación, nos permite estar preparados ante eventualidades y nos ayuda a no dejar pasar el tiempo en tareas improductivas.

Si sabemos a dónde queremos llegar, y qué hemos de hacer para conseguirlo, planificar cuando debemos de hacer las tareas necesarias para ello es sinónimo de éxito. No hacerlo, es todo lo contrario. Y no lo digo yo, lo dicen también:

Mi día a día, y mis resultados, cambiaron totalmente cuando descubrí la planificación, cómo hacerla, cuando hacerla, qué hacer para seguirla… e implementarla como un hábito.

Todo ello, aplicado al día a día de cualquier persona en general, y de un/a estudiante en particular, permite potenciar el rendimiento hasta niveles que no creerías.

LA DIFERENCIA ENTRE TENER, O NO, HÁBITOS PRODUCTIVOS, ES COMO LA NOCHE Y EL DÍA.

Lo entenderás mejor con un ejemplo sencillo: a dos estudiantes les mandan un trabajo que tienen que entregar en 2 meses, pero uno ha recibido formación en productividad, y el otro, no.

  1. El primero es un estudiante productivo. Invierte tiempo en pensar qué tendrá que hacer para desarrollar el trabajo, en reservar unas determinadas horas en su planificación de las siguientes semanas, con cierto margen para imprevistos, y describir las tareas concretas para cada uno de los días. Termina el trabajo con tiempo más que suficiente, sin desatender otras tareas ni perder de su tiempo libre, y con garantías de haber hecho un trabajo más que correcto dentro de sus capacidades/posibilidades.
  2. El segundo es un estudiante improductivo. Como sabe que tiene tiempo de sobra para hacer el trabajo, lo va dejando hasta que… un día, próximo a la fecha de entrega, se acuerda de que tiene que hacerlo y comienza a prepararlo. Seguramente, no hará el mejor trabajo posible, porque no tiene tiempo material para ello; lo que sí es seguro es que debe hacer un sobreesfuerzo, y que tendrá que desatender otras cosas importantes para terminar el trabajo a tiempo (si no es se le pasa la fecha de entrega) haciéndolas peor de lo que podría o, en el peor de los casos, directamente, no haciéndolas.

Seamos sinceros: todos y todas hemos sido alguna vez ese estudiante nº 2. Yo lo he sido, y seguí siéndolo en mi etapa de estudiante con trabajos, preparación de exámenes,… y continué durante años en el día a día trabajando.

INVERTIR EN TIEMPO NO ES PERDER EL TIEMPO

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Cuando escribo este post digo, de forma intencionada, que el estudiante nº1 «invierte tiempo en pensar qué tendrá que hacer…«. Hace unos años habría escrito «pierde tiempo en pensar qué tendrá que hacer…«. El matiz es relevante, porque la mejor definición de ser productivo es esa: invertir en tiempo.

Invertir es «dedicar recursos con el objetivo de obtener un beneficio«. Invertir en productividad genera muchos beneficios: tiempo (para dedicar a lo se quiera), seguridad (saber en todo momento que se tiene controlada la situación genera una sensación de tranquilidad increíble),… y felicidad y calidad de vida (ser dueño de tu tiempo, no tiene precio).

Cuando pienso todo lo que podría haber hecho, todo el tiempo libre que podría haber tenido en todos mis años de estudiante y en buena parte de mi etapa laboral hasta que descubrí todo lo que hacía mal… no puedo más que lamentarme.

Y cuando veía (y veo) como decenas y decenas de jóvenes estudiantes caen en los mismos errores intentaba hacérselo ver, pero… no era suficiente. Debía hacer algo más, y comencé a desarrollar ProducTEENvity, una formación específica para ayudar a estudiantes a ser productivos/as, donde uno de los primeros aprendizajes es, precisamente, el de la correcta planificación de la semana que, desgraciadamente, no es tan fácil como se puede pensar pero, afortunadamente, no es difícil para nadie si tiene claros sus objetivos.

¿QUIERES QUE TU HIJO/A SEA UNA PERSONA PRODUCTIVA? HAY QUE DEFINIR BIEN LOS OBJETIVOS

Y es que eso es lo primero que tenemos que tener claro: a dónde queremos llegar, qué queremos conseguir.

Y aunque esta formación sea para estudiantes, esos objetivos no se limitan sólo al ámbito de los estudios, porque si todo no está en consonancia con nuestra personalidad, si todos nuestros objetivos no tienen como finalidad nuestra felicidad, no los conseguiremos. Pero de eso ya hablaré otro día.

Mientras tanto, si quieres ayudar a que tu hijo/a sea un estudiante productivo, puedes «invertir tu tiempo» leyendo más entradas de este blog, siguiéndonos en las redes sociales o poniéndote en contacto con nosotros.


POR QUÉ PRIORIZAR CIERTAS TAREAS AYUDA A MEJORAR RESULTADOS

EL PRIMER PASO PARA GANAR ES GARANTIZAR NO PERDER

Los maestros de ajedrez saben que lo primero que tienen que hacer para ganar es evitar perder. Cuando el oponente ha hecho un movimiento no piensan en cómo ganar, sino que se preguntan: ¿Cuál es la amenaza?. Muchas veces es mejor buscar evitar la estupidez antes que buscar la brillantez.

Cuando le damos «la vuelta» a una idea o a un problema, para poder verlo desde una perspectiva diferente (lo que se denomina modelo de pensamiento inverso), abrimos puertas.

Si lo aplicamos al ámbito de este blog (técnicas y hábitos de productividad para estudiantes), en vez de preguntarte “¿cómo puedo ayudar a que mi hijo/a llegue a sus objetivos?”, pregúntate¿qué tendría que pasar para que mi hijo fracasara en la consecución de sus metas?”.

Si haces ese ejercicio, es más que probable que uno de los factores que aparezcan en esa lista de causas de fracaso sea el exceso de objetivos. Exceso, no por calidad (es decir, no por ser ambiciosos, pues eso no limita, si no todo lo contrario, siempre que se sea realista), si no por cantidad: por tener demasiados frentes abiertos.

HAY QUE PENSAR EN LO REALMENTE IMPORTANTE E IMPRESCINDIBLE, Y HACERLO

En su libro “Lo Único”, Gary Keller y Jay Papasan, trabajan en profundidad esa idea, que no es tan simple ni tan fácil de aplicar como parece, de ahí que tengan que dedicar más de 300 páginas a ello, pero que es básica en la consecución de objetivos.

No fueron los primeros en trabajar esa idea. De hecho, seguro que conoces el refrán “quien mucho abarca, poco aprieta”. O, dejando de lado el refranero español, podemos hablar de la conocida “Ley de Pareto” (si sabes qué dice la Ley, puedes pasar al siguiente punto del texto, si no, continúa leyendo).

Vilfredo Pareto fue un ingeniero, economista y filósofo del siglo XIX, que ha pasado a la posteridad gracias, entre otras cosas, a la ley que lleva su nombre, también conocida como Regla 80-20.

Inicialmente en su formulación pretendía ser una descripción gráfica de la sociedad italiana del momento (descubrió que aproximadamente el 80% de la riqueza estaba en manos del 20% de la población), pero luego se ha demostrado su validez en infinidad de especialidades distintas a la sociografía:

  • En la empresa: el 80% de la facturación proviene del 20% de productos o servicios que se ofrecen (de forma que centrando esfuerzos e inversión en marketing de ese 20% se logrará mejorar los resultados económicos).
  • En la industria: el 80% de las averías proviene del 20% de las máquinas (de forma que invirtiendo la mayor parte de recursos en el mantenimiento preventivo de esas máquinas, se evitará la mayoría de averías y, por tanto, mejorará la producción).
  • En logística: el 80% de las transacciones son del 20% de las mercancías (de forma que optimizando almacenes, transportes y procesos para ese 20% se mejoran resultados).

Obviamente las cifras son aproximadas, no siempre coincide el 80 y el 20, pero sí es representativo de la proporción.

En el ámbito que nos concierne aquí, la productividad de un/a estudiante: el 80% de los resultados proviene del 20% de las tareas y, ese en ellas en las que se tiene que poner foco, en las que debe centrar sus esfuerzos.

NO TODO ES IGUAL DE IMPORTANTE, NI IGUAL DE URGENTE, NI NECESARIO

La mayoría de jóvenes con los que he trabajado pierden su tiempo en tareas o actividades (tanto académicas, como no) que no dan resultados, y les quitan mucho tiempo. Y luego resulta que, para las tareas realmente importantes, no hay tiempo suficiente. ¿Tiene sentido? Obviamente, no.

Veámoslo con unos simples ejemplos:

  • En matemáticas, lo principal es entender los fundamentos teóricos para poder aplicarlos en problemas, es decir, el 80% del éxito radica en el 20% de la materia (la teoría). Sin embargo, la práctica totalidad de los estudiantes que tienen problemas con la asignatura dedican la mayor parte de su tiempo a hacer ejercicios, que hacen mal, no porque la asignatura sea difícil, si no porque la estudian de forma errónea, ya que no dedican el tiempo suficiente a lo realmente importante.
  • Saber un idioma puede abrir muchas puertas en el mercado laboral en el futuro para un/a estudiante. Sin embargo, imaginemos que el objetivo del estudiante en cuestión es ser corresponsal de un medio de comunicación en el extranjero, para ello lo primordial (el 80%) es ser un buen periodista, conseguir un puesto en un medio de comunicación y, con el tiempo, optar a esa corresponsalía en el extranjero gracias a saber un idioma (el 20%). ¿Tiene sentido tener que dedicar no pocas horas a la semana a ir a clases de, por ejemplo, inglés, más las tareas que tenga que hacer, más estudiar para los exámenes, quitando tiempo de lo realmente clave para el objetivo final que es formarse para ser un buen periodista?

Por supuesto que se pueden hacer más cosas a parte de estudiar. Es más, se deben hacer: alguna actividad deportiva, ocio,… e incluso algún tipo de formación complementaria (idiomas, música, informática,…), pero si no son imprescindibles en ese momento para el objetivo, si exigen una dedicación de tiempo excesiva, seguro que hay opciones: desde posponerlas para otro momento, a hacerlas de una forma que exija menos inversión de tiempo.

Ser productivo no es hacer muchas cosas, es saber qué hacer en cada momento para conseguir el resultado deseado.

Un estudiante que sepa y entienda este concepto, dará prioridad y dedicará el 20% de su tiempo a las actividades realmente importantes y útiles que le ayudarán a andar el 80% del camino, y luego tendrá todavía el 80% de su tiempo para dedicar al resto de cosas, también necesarias e importantes, pero no imprescindibles y críticas.

Ese estudiante, será un estudiante productivo y, en el futuro, una persona que sabrá valorar las cosas, priorizará lo importante en la vida, y le dedicará el tiempo justo, y no más, a las cosas que, creemos muy importantes pero que, en realidad, no lo son.

Para ganar en la vida, para conseguir el principal objetivo que no tiene que ser otro que ser feliz, debemos saber qué tenemos que hacer para no perder. Y no hacerlo. Y así poder centrarnos en lo realmente importante, que hace que lo demás se convierta en innecesario o irrelevante.

Si quieres ayudar a tu hijo/a a conseguir sus objetivos, debes ayudarle a conocer sus prioridades. Esa debe ser tu prioridad, y en ProducTEENvity te podemos ayudar.


QUÉ DEBES HACER ANTE UNA MALA NOTA

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EXCUSA O RESPONSABILIDAD

En los estudios, en el trabajo y los negocios, en el deporte,… y en cualquier ámbito de la vida en general, podemos encontrarnos dos tipos de personas:

  • Las que tienen siempre la excusa perfecta ante un mal resultado.
  • Las que asumen la responsabilidad ante un mal resultado.

Estoy 100% seguro que, por desgracia, conoces muchísima más gente del primer caso, que del segundo.  

La mayoría de las personas reaccionan (reaccionamos) de la misma forma ante un mal resultado:

  • Un entrenador cuyo equipo pierde un partido:  “es que el árbitro nos ha perjudicado”.
  • Un/a empresario/a al que no le va bien el negocio:  “es que hay mucha crisis”, “es que la gente compra mucho por internet”,…
  • Un/a estudiante que suspende un examen:  “es que era muy difícil”, “es que ha ido a pillar”, “es que era muy largo y no me ha dado tiempo a hacerlo todo”,…

Excusas, excusas, y más excusas… Al menos, de entrada, la culpa nunca es nuestra, siempre hay algo que nos impide llegar al resultado que queremos.  ¿Cuánta gente conoces que, en lugar de las respuestas anteriores hubiera dicho algo como lo siguiente?:

  • El entrenador:   “El árbitro se ha equivocado, pero si hubiéramos llevado más ventaja no habría importado. Quizás no he planteado bien el partido o no he sabido comunicar bien la estrategia a mis jugadores para haber ganado pese a los errores arbitrales.Soy el responsable.
  • El/la empresario/a:  “No estoy comunicando bien lo que ofrezco a los que podrían ser mis clientes porque otros, pese a la crisis, venden.  Mi producto no es tan bueno como creo, por eso la gente compra otros o en internet.  Tengo que mejorarlo”.
  • El/la estudiante:  “No he estudiado lo suficiente, porque no he sabido hacer el examen.  Era largo, pero si hubiera estudiado más habría capaz de dominar la materia y haber hecho más ejercicios del examen.  En definitiva, no lo he preparado lo suficientemente bien”.

Las personas que respondan así, que reaccionan así ante un mal resultado, asumen la responsabilidad y son las que más probabilidades tienen de no volver a repetirlos en el futuro.

HACERSE RESPONSABLE ES EL PRIMER PASO PARA NO VOLVER A TENER UN MAL RESULTADO

Asumir la responsabilidad implica que esa persona:

  1. Se enfoca en el resultado, que es lo realmente importante, no en las excusas.
  2. Analiza los errores que ha cometido y busca el origen de las decisiones que le han llevado a este mal resultado.
  3. Es consciente de que hay factores externos, que no puede controlar (el arbitraje, la situación económica global, la dificultad de un examen,…) y por los que debe hacer un trabajo extra.
  4. Y, lo que es más importante:  saca conclusiones y aprendizajes de todo ello.

La persona que asume la total responsabilidad de sus resultados será consciente de qué ha hecho bien, qué ha hecho mal y qué tiene que hacer (y que no) en el futuro.  Ese, es el primer paso para conseguir un resultado mejor.
La persona que, por el contrario, tiene excusas para (casi) todo, sentirá que ha hecho todo lo posible para obtener un resultado distinto, repetirá los mismos aciertos y errores en el futuro y, muy probablemente, volverá a tener resultados similares.

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Y tú, ¿de qué tipo de personas eres?

Piénsalo bien.  Honestamente.  ¿Con qué grupo te identificas más?. Con los profesionales de las excusas, o con los profesionales de asumir tus responsabilidades.

Pero, lo más importante, ¿con qué grupo de identificarás a partir de hoy?.

  • ¿Eres estudiante y no tienes buenos resultados?  Tienes dos opciones:  seguir responsabilizando a los profesores, al sistema educativo,… o a cualquier otro factor; o hacerte responsable de tus resultados y empezar a actuar:  aprender a organizarte, ser más productivo y tener hábitos diferentes que te lleven a sacar el máximo rendimiento a tus capacidades.
  • ¿Eres madre o padre de algún alumno/a que no tiene buenos resultados? También tus opciones son dos:  seguir haciendo lo que haces (bien sobreprotegerle aceptando sus excusas y animarle a que siga intentándolo sin más; bien enfadarte con él/ella y castigarle por las notas); o asumir tu parte de responsabilidad (que también la tienes) y hacer lo que esté en tu mano para que mejore sus resultados.

CÓMO MEJORAR RESULTADOS

ProducTEENvity es una formación orientada a estudiantes para mejorar su productividad, su organización y planificación, a través de la incorporación gradual de rutinas y hábitos ultraproductivos que les permitan aprovechar al máximo su tiempo de estudio como vía para conseguir mejores notas y alcanzar sus objetivos.

No nos limitamos a dar una lista de tips y recursos, que luego son complicados de incorporar en el día a día, como hacen muchas webs y apps.  

Es una formación planteada para que, día a día, de forma cómoda y gradual, permita incorporar y afianzar hábitos con el objetivo de aumentar la productividad de los estudiantes (mejorar resultados sin tener que estudiar más).

Si estás interesado, síguenos en Facebook y/o Instagram, y descubre cómo puedes acceder a ella.


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